sábado, 9 de noviembre de 2013

Menudencias VIII

La novela “Ulises” debe ser el libro que más he releído en mi vida. "Ulises", la novela arquetipo por antonomasia, se desarrolla en un solo día; lo hace fluidamente como si fuese un río cuyas aguas se matizan con el morir  de las horas; si bien condensa la vida de un hombre, un dublinés, no deja de ser un hombre común como cualquier otro, y, en ella radica la mayor fortaleza de esta novela. Lo cotidiano, tan cotidiano como levantarse de la cama, asearse y vestirse para  salir a la calle. Comprar  los víveres en la tienda y preparar con ellos sus alimentos. Alimentar al gato. Mimar a la esposa; salir otra vez a ganarse la vida y regresar en la noche a morir en la cama caliente… Lo notamos conforme vamos bogando en sus páginas… Leopoldo Bloom, el antihéroe, no es un hombre perfecto. Es un hombre que bien podríamos comparar con un amigo o con nosotros mismos. James Joyce con su novela nos muestra al Adán desterrado  de nuestros días, no necesitó desnudarlo para mostrarnos todas sus “menudencias”. Este hombre imperfecto, indeterminado, es un reflejo de nosotros mismos: Ama y odia a la vez. Finalmente, el hombre imperfecto  (el que solo existe)  termina siendo el que más se acerca al concepto de DIOS puesto que es el que no se conforma y lucha por superarse. Pdta.: Le debía está reseña a uno de los libros que más me han impactado y que fuera escrito por uno de mis autores favoritos: James Joyce.

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